Algunos mitos sobre la dieta vegana
Todos y todas hemos oído hablar del veganismo, ¡algunos incluso lo practicamos! Pero, ¿Qué hay sobre los mitos alrededor de la dieta vegana?
Más allá de la propia alimentación, el veganismo es una forma y filosofía de vida que rechaza cualquier tipo de explotación animal. No se trata solo de suprimir los productos de origen animal de la dieta, sino que supone un compromiso firme con la defensa de los derechos de los animales. Esto implica, por ejemplo, prescindir del uso de pieles en prendas de vestir o del uso de cosméticos que utilizan o experimentan con animales para su elaboración.
Desde la Fundación Ochotumbao queremos informar, siempre desde la conciliación y respetando los procesos de cada individuo, de que la reducción de productos de origen animal en la dieta (especialmente si ya sois vegetarianos) es muy beneficioso para el equilibrio ambiental y ecológico del planeta. Por lo tanto, adoptando una dieta vegetariana o sencillamente incorporando más vegetales y frutas, con la progresiva reducción de productos de origen animal en tu alimentación diaria, estarás incrementando tu bienestar y, al mismo tiempo, aportando tu granito de arena al cuidado del planeta.
A pesar de que el veganismo cada vez es más conocido, siguen existiendo muchos bulos y falta de información acerca de él. Por eso hoy nos vamos a centrar en todas esas preconcepciones que se hacen alrededor de la dieta vegana y que todos hemos pensado o escuchado alguna vez. Hoy desmentimos los mitos más conocidos sobre la dieta vegana.
Antes de empezar, queremos dejar muy claro lo siguiente:
Si estás pensando en abrazar la filosofía vegana o te preocupa algún aspecto de tu alimentación, lo mejor es que visites a un profesional médico para que pueda resolver todas tus dudas y acompañarte en el proceso.
«La dieta vegana no aporta proteínas»
¡Falso! Existe la amplia creencia de que las proteínas solo se encuentran en la carne y el pescado, pero esto no es cierto. Una dieta vegana puede ser rica en proteínas de origen vegetal, que son igual de nutritivas y proceden de numerosos alimentos como las legumbres, la soja, los cereales y pseudocereales como la quinoa, los frutos secos y semillas y, en general, todos los vegetales de hoja verde. No solo es sencillo encontrar proteínas de origen vegetal, sino que, además, nuestro cuerpo las sintetiza con mayor facilidad.
«Las personas veganas están siempre cansadas»
Esta afirmación tampoco es cierta. Si así fuese, grandes personalidades del deporte que son veganas como Serena Williams, Lewis Hamilton o Novak Djokovic, no podrían desarrollar su actividad de manera profesional. La fatiga o el cansancio lo puede sufrir cualquier persona que no ingiera la proporción recomendada de calorías para su organismo, independientemente de en qué alimentos base su alimentación. Si tras empezar con la dieta vegana sientes ese cansancio, o si lo sufres aun siendo onmívoro, lo mejor es consultar con un/a profesional de la nutrición que te oriente para equilibrar tu dieta y asegurarte de que tu cuerpo recibe una proporción óptima de los nutrientes que necesitas.
«La comida vegana es más cara»
En realidad no. Una alimentación vegetal se basa en frutas, verduras, legumbres, frutos secos y cereales completos. Cuando compramos estos alimentos de temporada no resultan más caros que los productos de origen animal. Si además los adquirimos de proximidad, no solo haremos nuestra dieta sana y libre de explotación animal, sino que, además, resultará sostenible. Por otra parte, cada vez es más fácil encontrar productos veganos en los supermercados de siempre a precios asequibles.
«La dieta vegana no aporta calcio»
El calcio es esencial para mantener una buena salud y es perfectamente compatible con la dieta vegana. Podemos obtener el calcio necesario al comer brócoli, col kale y col rizada, coliflor, repollo, garbanzos, alubias, almendras, semillas de sésamo…
«Las personas veganas siempre comen lo mismo»
¡Nada más lejos de la realidad! A menudo se piensa que la dieta vegana es limitada o insípida, pero no es así. En lugar de centrarnos en lo que no podemos comer siendo veganos, tenemos que poner la atención en todo lo que sí podemos comer. Lo más probable es que si te pasas al veganismo descubras nuevos sabores, métodos de cocción y especias que hasta ahora no habías probado. No todo se reduce a la ensalada, incluso hay espacio para hamburguesas, pizzas y dulces veganos.
Estos son solo algunos de los falsos mitos que acompañan a la dieta vegana, pero hay muchos más, La mejor manera de combatirlos es consultando fuentes fiables y contrastando la información que obtengamos con profesionales de la nutrición y la medicina.
El veganismo no solo mejora nuestra salud, también la del planeta.